sábado, 13 de noviembre de 2010

"HURACAN"


Debido al curso no veo a la gente tan a menudo como solía.


Sin embargo hace unos días tuve que hacer unos trámites y estuve hablando con una conocida. Le pregunté por una amiga que tenemos en común y me dijo que la vida no le iba nada bien.


Al preguntarle el por que, me contó que tiene a C enfermo. Le están haciendo pruebas y le darían el resultado dentro de 10 días. Nos despedimos y fui pensando, la verdad con los síntomas que me había dado no me gustaba nada la situación.


Pasaron lo días, yo pensaba en ella, pero con la aborigen del curso no sabía si pasaron 10 días o 5. Hay veces que no se ni en que día estoy.


Pero esta semana llegaron a mis oídos noticias, eran noticias confusas y la verdad no muy buenas, más bien malas. Pregunté por ella para que me contase y me dijeron que estaba en el hospital, con lo cual decidí ir verla y hablar con ella.


En el bus iba pensando como debía reaccionar, que iba a decir, no sabía como la encontraría. Al llegar ellos no me vieron y me quedé mirándolos. La imagen era enternecedora, le estaba dando de comer.


Desde la posición en que yo me encontraba veía a los 2 sentados. Estuve así un rato hasta que C giro la vista hacía mi y me vio. Fue en ese momento que ella giro también su cabeza y me saludo efusivamente.


Me acerqué y al ver a C me tiró un poco para atrás, ya que estaba sentado en una silla de ruedas. Su aspecto era bueno pero la imagen de verlo sentado en la silla me dolió mucho.


Le di un regalo que le había comprado, al cual no le prestó mucha atención. Hablamos un poco ella y yo. La vi bien, yo traté de controlar mis emociones, más bien por que él no me viese y lo conseguí. Cuando acabó de darle la comida, salimos.


Ella fumo un cigarro y me fue contando todo la que estaba pasando y cuando dijo que habían empezado a administrarle la Quimioterapia no pude controlarme y me eché a llorar.


Bastantes problemas tiene ella con su vida personal que ahora le manda todo esto encima. Juré y perjuré, maldije a Dios por lo que estaba haciendo. Debo decir que C es un niño que cuenta con 4 años y me pregunto ¿que daño hace un niño con 4 años para merecerse esto?.


Me acordaba de él saltando y corriendo, se parecía a un pequeño “ huracán ” y ahora se encuentra atadado a una silla de ruedas. Lo esta pasando mal y esto no ha echo más empezar. Estuve así un buen rato y ella me consolaba, ya ves yo que tendría que consolarla a ella y todo era al revés, puta sensibilidad, me mata.


La imagen que yo imaginé sobre ella no era la real. La real era que ella seguía siendo fuerte como siempre lo ha sido y le dije que me alegraba verla así, fuerte.


Le deseé toda la suerte del mundo para ella y los suyos, la necesitará, sabe que se lo dije de corazón y aquí lo plasmo para corroborarlo.


Salí de allí con la moral por el suelo y volví a maldecir a Dios, ya que le estaba mandando una prueba muy dura para ella. Le estaba “dando” donde más le duele, su hijo, lo que más quiere en el mundo, lo quiere más que su propia vida.


Pasé un día muy malo, pero al llegar por la noche en cama, más tranquilo, recé por C y espero que Dios le devuelva la salud, por él y por su madre ya que se lo merecen.



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