miércoles, 26 de octubre de 2011

Cenizas


La imagen que se encontró fue la siguiente.


El joven estaba en cuclillas, la chica según se iba acercando veía caer unas gotas que la luz del sol hacía que se viesen de diversos colores. Las gotas no eran otra cosa más que sudor ya que el joven estaba trabajando arduamente.


Al llegar a su altura vio que lo que estaba haciendo el joven era soplar sobre una hoguera en la que solo había cenizas.


Ella le preguntó que es lo que estaba haciendo, él respondió que intentando encender el fuego. Ella se puso de la misma forma que estaba él, es decir de cuclillas, cogió un palo con el que revolvió las cenizas y comprobó que allí no había ninguna esperanza de hacer fuego. Así se lo hizo saber de tal forma que él le hizo caso, abandonó su intento y se fueron juntos.


Pasaron meses antes que ella volviese por el mismo sitio y una vez lo hizo se encontró con la imagen del joven haciendo la misma operación.


Ella se enfureció y le dijo palabras malsonantes al joven, él la miraba de tal forma que ella según iba hablando cambiaron sus palabras que de malsonantes pasaron a ser tranquilizadoras. Le cogió las manos y entre sollozos le dijo “siento pena por ti, ya que sabes que no puedes encender ese fuego y sin embargo sigues intentándolo, estas haciendo un trabajo imposible ya que ese fuego está MUERTO.


4 comentarios:

  1. Una historia muy bonita; pero sospecho que no cuentas el final.

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  2. "Desperdiciar la vida es para todo ser humano un derecho inalienable."

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  3. Me alegro que te haya gustado la historia.

    Cierto que no cuento el final a lo mejor lo hago algún día.

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  4. Hola Valeria

    Todos tenemos derecho a hacer con nuestra vida lo que queramos.

    Pero cuidado ya que solo tenemos una.

    Un beso.

    Nes

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