jueves, 19 de abril de 2012

Destrozado


Era una tarde como otra cualquiera. Me encontraba en la plantación de kiwis haciendo trabajos al sol y de pronto sonó el teléfono. La llamada no era como otra cualquiera.


Me dijeron que se había muerto un hombre, un vecino que está trabajando desde hacía años en Madrid y se había muerto aquí en su casa.


El recibir esa noticia me dejó muy desconcertado y empecé a darle vueltas a lo que le pudo suceder y pensé que le habría dado un infarto. El hombre en cuestión aparte de vecino, había sido mi jefe, pero ante todo era mi amigo.


Por el camino que me lleva de la plantación a casa se encuentra el tanatorio, según iba andando y acercándome a el pensaba que debía comportarme bien y no descomponerme. No fue así, ya que a la puerta estaba un hermano, el gemelo, como se suele decir dos gotas de agua.


Le di la mano y él comenzó a contarme lo que había pasado, según iba hablando me quedé con una gran confusión ya que él dijo que lo habían llamado para ir a trabajar y no respondía al teléfono. Yo le pregunté que de quien me estaba hablando ya que yo sabía que este señor no estaba trabajando aquí, y de repente soltó que el muerto era el hijo.


Al principio quedé sin palabras y cuando pregunté que le había sucedido me destrozó el corazón, ya que dijo que el joven se había suicidado. Me reacción no fue otra que ponerme a llorar, y preguntar por qué?.Su tío me dijo que no había dejado ninguna nota y no sabían cuales fueron los motivos. Si me contó que en principio se quiso quitar la vida con los gases del coche con un tubo colocado en el tubo de escape. Pero no fue capaz y el siguiente paso no fue otro que el colgarse en un árbol frutal que tienen en la huerta.


No paré de llorar y más cuando llegó su tío materno. Me abracé a él y lloramos los dos, a esa gente la conozco de toda la vida y mi mente pensaba en sus padres. El choque que habría significado la noticia y el viaje que estaban haciendo desde Madrid para encontrarse con el cuerpo sin vida de su hijo de treinta y cuatro años, y lloré, y maldije, y con lágrimas en los ojos les dije a los dos tíos que estaban delante de mi que no verían más allí, que no volvería, ya que no sabía como enfrentarme a sus hermanos, es decir a los padres del joven. Tocándome la espalda me dijeron que me pusiese tranquilo y que no me preocupase.


Por el camino a casa la gente me saludaba pero yo que venía con la moral por los suelos solo les saludaba haciendo un gesto con la mano. Parecía un cuerpo sin alma. Fui al entierro y aunque vi a sus padres no me acerqué a ellos, es más, intente no verlos.


Por la noche en cama y antes de quedarme dormido pensé en la vida del joven. Recordé cuando pasaba por delante de mi casa acompañado de sus hermanas para ir al colegio. Después, cuando acabaron la escuela se fueron todos para Madrid. Pero él cuando pasaron unos años volvió para su tierra, vivía en casa de sus padres y trabajaba en el pueblo. La gente con quien había estado el día anterior no daban crédito a lo que había pasado, ya que su comportamiento fue el de siempre, es decir alegre.


Miro la casa y veo que la chimenea que antes echaba humo ahora no lo hace, y me acuerdo de él.


Sus padres siempre venían de vacaciones para echar en su casa todo el mes de Julio, no se si volverán a hacerlo, para qué?. Solo encontrarán recuerdos, recuerdos que les harán mucho daño.


El tiempo no hace olvidar, pero si “ablanda” las emociones. Espero que cuando los tenga enfrente de mí (un día u otro sucederá) sepa reaccionar bien.





2 comentarios:

  1. Triste acontecimento!! Como escreves bem!
    Beijos,
    Manuela

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  2. Ola Mnuela.

    Pido perdón por tardar tanto en poñer o teu comentario.

    A vida non me foi ben.

    Na vida non todo e cor de rosas. E feitos como estes o demostran.

    Gracias por o teu comentario.

    Un biko.

    Nes

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