lunes, 4 de junio de 2012

Solo



Sigo aquí aunque no haya dado señales de vida.
No tuve ganas de escribir ya que mi estado no ha sido precisamente bueno.
Me encontré solo en una isla de la cual empiezo a escapar.

Uno puede estar rodeando de gente pero tener la sensación de que se siente solo.
Esto me ha sucedido a mi.

Encontrarse solo no es nada bueno. No me hace sentir bien, todo lo contrario me hace sentir eso, solo, y yo de siempre a la soledad le temo. Aunque la verdad sea dicha tampoco he llegado nunca a estar solo. Puede parecer una incongruencia pero es así. Me sentí solo y echando mi memoria atrás veo que no tenía, ni debía estarlo, pero que le voy hacer. Un día mi psicóloga me dijo que no puedo pretender que los demás sean como yo. Pero uno tiene su corazoncito y espera ser correspondido.

Ante una enfermedad yo siempre estuve ahí. Interesándome por el estado del enfermo, preocupándome y prestando mi ayuda. Ahora que yo lo he necesitado nadie se interesó por mí (bueno nadie de esos a los que yo presté mi atención) ya que mi querida hermana y sus hijos siempre están ahí. Pero con el inconveniente que ell@s están a muchos kilómetros, allá por Suiza.

Los miedos acudieron a mi presencia. Los miedos, temores y malos pensamientos.

Que no haya escrito no significa que no haya leído. He leído, y bastante, buscando información que pudiese ayudarme. Algo encontré, ya que de un libro siempre hay algo útil, además me ayudó mi psicóloga y estoy saliendo de la isla poco a poco, brazada a brazada.

Al principio de este problema mi reacción fue muy buena, además sin tener que aumentar mi medicación, cosa que para mi ya era un logro muy importante. Pero una vez pasado lo más “gordo” tuve que ajustarla ya que la ansiedad se me hacía insoportable.

Me dijeron que eso que me pasa es normal y tiene un nombre, estrés postraumático. Mi estado va mejorando y el problema por el que todo esto sucedió también.

Un caso parecido a este me ocurrió hace tiempo y también por aquel entonces estuve solo. Eso me enfadó mucho y dije que yo debía de reaccionar de la misma forma que lo hicieron conmigo. Cuando todo volvió a la normalidad fui incapaz de cumplir lo que pensaba hacer y seguí tendiendo mi mano.

Ahora mismo vuelvo a estar muy “quemado” y defraudado por la mayoría de la gente y espero y deseo que de está vez si pueda “pasar de todo”. Aunque no me vaya a proponer eso como un objetivo. Pero si cambiar mi proceder.

No logro entender como alguien puede ignorar el estado de un familiar, o vecino, quizás esas gentes no se dan cuenta que todos estamos para lo mismo. La enfermedad no distingue edad, credo, ni religión.

De cualquier problema se saca una conclusión y un aprendizaje. Está situación me hace ver que estoy haciendo lo correcto, mi conciencia está muy tranquila y eso a mi me llena mucho.
La conciencia de los demás, la verdad, no me interesa lo más mínimo.

Siempre que mis fuerzas y mi salud me respeten lucharé por lo mio.



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