A mis 45 Tacos

El pasado día 2 estuve de cumpleaños.

Fue un día muy bonito, pese a que estuve trabajando en el curso. Mis compañeras de curso me hicieron un regalo, aparte de los besos y abrazos de rigor. Mi novia me hizo un buen regalo y como no, besos y más que abrazos. Yo también me hice unos regalos, una conexión a Internet y un nuevo ordenador. El cambió su espectacular, fue como pasar de andar en bicicleta a andar en coche, ahora si estoy bien equipado.

Pues si llegué a los 45 “tacos”, quien me lo iba a decir. Hecho la vista atrás y recuerdo mis pensamientos acerca de la edad.

Cuando era un adolescente con 14 años, pensaba morirme a los 17, ya que por esos tiempos hubo más de un cantante que se murió muy joven, ah¡¡, adolescencia, rebeldía, anarquía. Pero todo cambió cuando recién cumplidos las 16 la “negra sombra” con su guadaña pasó por mi lado tan cerca que sentí su aliento en la nuca, fue un hecho que me motivo a dedicarme a vivir.

Anhelaba que llegasen los 18, ya que eso conllevaba la mayoría de edad. Sin embargo una vez que llegaron no significo nada en especial. Y al llegar los 25 empezaron a caer muy rápido.

Fue mi caída y mi encuentro con el “perro negro” la que me hizo acordarme de la “negra sombra”, incluso se me pasó por la cabeza ir a su encuentro. Menos mal que solo fueron malas ideas no llevadas a cabo, ya que cuando conseguí “levantarme”, no sin muchos sufrimientos, supe apreciar más la vida.

Y después de más de una recaída y superarlas, lo que conseguí en salir fortalecido. Salí tan fuerte de ellas que me hacen ver la vida más bonita aun, me enseñan a que debo “exprimirla” como si fuese una naranja a la cual le quiero sacar todo su zumo.

De pronto llegaron los 40. Se dice por ahí que al llegar a los 40 se tiene una crisis, en mi caso fue todo lo contrario, de crisis nada, fue la vuelta a una segunda juventud.

Pero en esta segunda juventud, claro está, se más que en la primera, ya que los años me enseñaron a ver la vida de otra forma.

Me encanta ver como crece un árbol, la forma de una nube, una puesta de sol en la compañía de mi novia, esas que para algunos son pequeñas cosas, para mi son grandes.

Cuando era un niño y oía que una persona tenía 60 años, la llamaba vieja. Pues ahora yo quiero llegar a los 85 años ya que me parece una buena edad, solo espero que la salud me respete y que no me abandone el amor. De no ser así que la “negra sombra” me llevé cuanto antes mejor.