NEGATIVOS

No, yo no tuve la culpa de verlos caer. Ya estaban caídos.

Mi culpa es la intentar ayudarlos a levantarse. Pero no puedes ayudar a quien no se deja.

La gente negativa asola por mi vida. Uno es como es y tiene su corazoncito. Es por ello que si veo a alguien a mi alrededor con problemas, trato de prestar mi ayuda.

Tiendo mis manos y pongo mi hombro. Mi manos para que se cojan a ellas y mi hombro para que se apoyen en él. Pasa el tiempo y escupen en mis manos, al mismo tiempo que apuñalan mi hombro.

Dolor, desilusión, eso es lo que siento. ¿Por que no ven mis intentos de ayuda?. ¿Acaso es mejor vivir en una fantasía?. ¿Por que reaccionar como avestruces ante los problemas?.

Vivimos en un mundo en que pocos hay quienes te presten ayuda. La gente se suele mirar mucho para el ombligo de uno mismo. Uno tiene su forma de ser y no puede pasar indiferente al ver a una persona que está a su lado llorando y no tratar de consolarla, o con un problema y darle su humilde opinión por si le sirve de consuelo.

No es que uno no sea negativo, suele serlo cuando la maravillosa salud le da un poco de lado. Pero cuantas veces ha deseado tener alguien a su lado para oír unas palabras de compresión y ayuda. No siempre las tuvo, más bien casi nunca. Será por eso lo de prestar ayuda.

Después de hablar con esas gentes y comprobar que no consigue nada. Bueno si consigue algo, decepción y desilusión hacía su persona. No le queda otra que ignorarlos. Que sigan en su burbuja creyéndose que todo es maravilloso, aunque en realidad de maravilloso nada. Que sigan vendiendo una imagen que para nada tiene que ver con su verdadera imagen.

Uno, hastiado y aburrido no dejará de tender su mano, ya que puede haber alguien que la necesite y la coja, llegado ese momento todo lo demás no le dañará, es más saldrá refortalecido.