A Perro Flaco...

“No pretendas que los demás sean como tú”.

Esta frase me la dijo en una charla hace tiempo mi psicóloga y era debido a mi malestar con las gentes, por esos tiempos mi situación como ahora mismo no era muy buena y yo comprobaba que las gentes a la que yo había ayudado no hacían nada por mí, me ignoraban, no mostraban el menor interés hacía mi vida personal y eso me hacía claro está, mucho daño.

Yo no me considero un “santo” ni mucho menos, pero tengo algo dentro de mí corazón, yo suelo decir que tengo un pedazo de Madre Teresa de Calcuta, los que me conocen saben que es así, algo que me dice, ayuda al que lo precise, claro está si puedes hacerlo y hacerlo se puede siempre, no me refiero a temas económicos ni materiales, ya que ahí no siempre se puede hacer.

Pero hay muchas formas de ayudar a los demás, hacernos sentir que te preocupas por nuestros problemas, unas palabras bien dichas pueden hacernos sentir como una de la mejores terapias que pueda existir, pero no todas las gentes son así y yo me pregunto ¿es mala la gente? Y al mismo tiempo me respondo diciendo, hay de todo, hay gente que “pasa” olímpicamente de los demás, no miran más que a su propio ombligo, yo, yo y solo yo, hay gente envidiosa que si te pudiese ver “tirado” o arrastrado disfrutaría, hay gente buena, las menos, la cual si te prestan su ayuda y hay gente que no es capaz de ayudarse a si mismo, con lo cual menos va ayudar a los demás.

De las gentes “negativas” paso de ellas totalmente, no me interesan para nada, las suelo ignorar, aunque a veces me resulte complicado hacerlo, pero el tiempo que va pasando te enseña, hay dos tipos de gentes que si me interesan, las buenas, de las cuales voy a aprender más si cabe en la ayuda al necesitado, pero las que de verdad me importan mucho más son aquellas que no pueden ayudarse a si mismos, por que esas suelen tener voluntad de ayudar a los demás, simplemente que no saben como, no encuentran el camino o a veces se creen que lo encuentran, pero por ese camino siembran espinas y lo que consiguen inconscientemente es hacer daño .

De siempre digo que las cosas de deben decir a la cara, pero como todo en la vida hay momentos para decirlas, solo hay que saber escoger el momento oportuno, de no ser así se puede causar mucho daño y es muy fácil hacer leña de un árbol caído.