sábado, 1 de mayo de 2010

El Jardinero


Estaba en un gran invernadero y ella creía que se estaba muriendo.

La realidad no era esa, la realidad es que esa planta se encontraba en la sombra, mustia, en un letargo que duraba demasiado tiempo.

De pronto llego él, fue el jardinero que con paciencia sacó las hojas muertas, la podó cuando llegó el tiempo, le cantó, por que él suele cantarle a sus plantas.

La planta poco a poco fue irguiéndose, la sacó a la luz, de cuando en cuando, no podía sacarla todos los días por que sino se quemaría.

Fueron pasando las estaciones una tras otra inexorablemente, una primavera, un verano, un otoño, un invierno, su mejoría se notaba en cada cambió de estación y a la segunda primavera volvió a resplandecer, sus colores volvieron de nuevo a ser intensos, su tallo se levantó firme y echó unas flores muy, pero que muy bonitas.

Esa fue la “recompensa” con la cual el jardinero se sintió reconfortado, sus flores.

2 comentarios:

  1. OLá Nes,
    Muito bonito o que escreveste, deves ser um amante da Natureza, como eu! Com uma atenção especial pela vida, seja ela de que forma se apresente, tu deste a tua mão e isso foi fundamental!
    Tenho pena de viver numa cidade e num prédio de betão!
    Beijo,
    Manuela

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  2. Ola Manuela.

    Gracias polas tuas verbas.

    Certo, son un amante da naturaleza, eu vivo na aldea, non podo imaxinar a miña vida nunha cidade, odioas.

    Un biko.

    NES

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